EL SEÑOR DE LOZANILLOS

Ideas, testimonio, humor y reflexiones para que las piedras del camino sean escalones y no obstáculos.
Para PASARLO BIEN HACIENDO EL BIEN

viernes, 20 de agosto de 2010

Piratas en Familia


Siempre pensé que el día que Carlota, nuestra hija mayor, cumpliera 15 años, haríamos una fiesta especial para celebrarlo; algo como esas "puestas de largo", tan típicas en América, con bonitos vestidos, con ese primer baile oficial, con esos chicos alrededor, pero sin llegar caer en la horterada, haciendo algo simpático.

Pero como casi siempre sucede en nuestra vida, la realidad supera a la ficción: el fin de semana, recién llegados de la peregrinación en guagua a Medjugorje, cogimos rumbo a León para estar con los Roa. Y allí se organizó lo que la propia Tota definió como "la mejor fiesta de 15 años que podría haber soñado nunca".

Los Roa son una familia tradicional, pero no en el sentido de ser carcas o aburridos, sino de vivir a tope algunas tradiciones en familia, como las "cuelgas" en los cumpleaños, el Rosario por las noches, caiga quien caiga, o las cenas pirata. En esta ocasión, se juntaron las tres.

Según me contó Luis, desde hace casi veinte años, una noche de verano organizan la CENA PIRATA; ataviados con lo que cada uno pueda, con el aspecto más pirata posible, se prepara una barbacoa en la que se come con las manos, se bebe a morro y se ríe, se ríe y se ría... Este año, además, aprovechamos para celebrar el cumpleaños de Carlota, pirata entre las piratas, con obra de teatro incluida, en la que Fran nos deleitó con un creativo e improvisado guión, mientras que Teresa y Miguel le acompañaron en las interpretaciones. ¡Hubo hasta baile! Creo que la "princesa Kaluta" no se lo esperaba exactamente así.


Tengo que reconocer que los más pequeños miraban asombrados cómo sus padres hacían el bestia, y no sabría decir, a ciencia cierta, quién se lo pasó mejor. A las fotos me remito...


Fueron un par de horas salvajes, salvajemente alegres y divertidas, en la que acabamos todos pringados hasta las orejas -literalmente- y felices como lombrices por haberlo pasado tan bien... haciendo el bien. Fuimos dos familias piratas por un rato. Y lo mejor llegó al final, cuando María Jesús nos invitó a todos a la tercera tradición: rezar juntos el Rosario. "... ¡pero cómo, de esta guisa vamos a rezar el Rosario...?" A lo que, como siempre, respondió con tanta sabiduría como sencillez: "... pero si es que la Virgen es nuestra Madre, y está encantada de ver cómo sus hijos lo pasamos tan bien... ¿por qué vamos a dejar ahora de acompañarla en lo que más le gusta? Es el mejor fin de fiesta que podríamos tener..." De modo que acabamos así: con un Rosario familiar un sábado por la noche y llenos de alegría por ser hijos de Dios y poder apreciar las cosas buenas de la vida, incluso haciendo el pirata...